Pensiones, Afganistán, Fondos UE, Indultos,…: cuando “oposición” no rima con “solución”

Cuando se trata de buscar soluciones a los grandes problemas que afectan a nuestro país, cuando se trata de aportar líneas de futuro que permitan impulsar la recuperación económica, conquistar nuevos derechos sociales, apostar por uno nuevo modelo productivo, impulsar planes de empleo o afianzar los servicios esenciales del Estado de Bienestar (educación, sanidad, protección social, dependencia, pensiones), a la derecha de este país ni está ni si le espera. Día tras día encontramos desafortunados ejemplos de actuaciones difíciles de entender y que señalan de forma especial a un Partido Popular como partido que ha sido, y dice seguir siendo, de gobierno.

PENSIONES

A finales del pasado mes de junio, los medios de comunicación nos daban una gran noticia: «Los sindicatos y el Gobierno desbloquean el mayor acuerdo en pensiones en una década» (ver aquí). Una gran noticia en la que hay que destacar el intenso trabajo realizado por el gobierno, por la patronal y por los sindicatos por llegar a un gran acuerdo de país solo comparable al firmado en el año 2011 en el gobierno de Rodríguez Zapatero.

Un gran acuerdo que el pasado martes, 24-06-2021, tomaba cuerpo en el Consejo de Ministros en el se aprobaba el Proyecto de Ley para garantizar el poder adquisitivo de las pensiones y reforzar la sostenibilidad del sistema (ver aquí). Uno de los puntos más destacados es el referido a la revalorización de las pensiones de acuerdo con la inflación media anual registrada en el ejercicio anterior. En el caso de que se produzca un año de IPC negativo, la cuantía de las pensiones quedará inalterada.

Le ha faltado tiempo al Partido Popular, a su líder Pablo Casado, para anunciar su voto negativo a este Proyecto de Ley, enmendando la plana a los agentes sociales que han trabajado para lograr el acuerdo, a las recomendaciones del Pacto de Toledo aprobadas por la mayoría del Congreso. Habrá que entender que añora los tiempos de la reforma de pensiones del PP, aprobadas solo con su mayoría absoluta, sin acuerdo con los agentes sociales y que rebajaba las cantidades a cobrar por los pensionistas.

AFGANISTÁN

De Afganistán qué decir. Hasta los barones del propio Partido Popular le reprochan su tono y su estrategia, demandándole moderación (ver aquí): «No ganamos nada criticando la operación de Afganistán». Una operación del gobierno que le ha valido la felicitación de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y del presidente de los EE.UU., Joe Biden. Pero de nada ha servido esto ante un Pablo Casado que, además, ha faltado a la verdad al indicar que esta operación necesitaba del aval del Congreso. Como bien le contestó mi compañero Felipe Sicilia: «esta misión no es nueva, ya existía, y lo único que ha habido que hacer es cambiarla ante la precipitación de acontecimientos; luego no necesitaba el aval, ya existía».

FONDOS EUROPEOS

Otro desafortunado ejemplo de la forma que tiene el Partido Popular de entender la política ha sido la vergonzante actuación de su líder, Pablo Casado, tratando de maniobrar continuamente en la Unión Europea en contra de las negociaciones que estaba realizando el Gobierno de España para conseguir los Fondos Europeos que permitan iniciar la recuperación económica de nuestro país. Una lástima que para el Partido Popular fuera una mala noticia que finalmente la Unión Europea diera el plácet al Plan de Recuperación presentado por el Gobierno (ver aquí). La propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von del Leyen, vino a nuestro país a anunciarlo, pero además dejó un recado sobre las formas de actuar de los partidos de la oposición:

Necesitamos a todos para hacer que los fondos sean un éxito.

Ursula Von del Leyen, presidenta de la Comisión Europea.

CATALUÑA: Indultos

Del mismo modo, si hablamos de la crisis catalana, las fuerzas de la derecha de nuestro país no tienen aportado absolutamente nada positivo por encauzar la situación, pero sí mucho por fomentar la crispación. Cuando califican a los indultos como insultos olvidan que no hay mayor insulto a la democracia que no utilizar las herramientas de las que la propia Constitución se ha dotado para tratar de buscar soluciones a los problemas de convivencia que puedan surgir. No digamos cuando utilizan el mendaz argumento de la ilegalidad de los indultos, cuando saben la ciencia cierta de la absoluta legalidad de una medida que, como la propia Constitución señala, debe estar fundada en razones de equidad, oportunidad o conveniencia pública.

Otro de los argumentos recurrentes es que la concesión de los indultos será inútil. Quien así opina, parte del error interesado de que sólo se pueden adoptar aquellas medidas de las que sabemos por anticipado que darán un resultado inequívocamente positivo. Pero el cierto es que el mundo no funciona así, y mucho menos el mundo de la política. No estamos hablando de electrodomésticos, sino de pòlítica. Por tanto, las medidas que se toman no cuentan con garantía por escrito de funcionamiento, ya nos gustaría que fuera así, pero ni lo es ni lo será.

La vía judicial finalizó con la sentencia firme del Tribunal Supremo que todos conocemos. Así pues, llegó el turno de la política y debemos poner en una balanza los pros y contras de las distintas medidas que se pueden adoptar. Y el indulto es una medida legítima que, por supuesto, debe ser tomada en consideración.

Por mi parte, estoy firmemente convencido de lo acertado de la medida y suscribo las palabras del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando sobre los indultos decía lo siguiente:

Los indultos buscan recuperar la concordia y la convivencia. El Gobierno quiere ahora, lo antes posible, retomar el diálogo y mantenerlo hasta que se alcancen acuerdos. Tenemos propuestas que hacer.

Pedro Sánchez, «El espíritu constitucional», «EL PAÍS», 23-06-2021 (ver aquí).

EL DESEO ES CLARO, LA ESPERANZA DÉBIL

Lamentablemente, la Cultura del Acuerdo (ver aquí) parece estar en las antípodas de las formas de hacer política ejercidas por los grupos de la oposición. Empezamos ahora, en septiembre, un nuevo período de sesiones, el deseo es claro, la esperanza débil: que llegue el tiempo de la POLÍTICA (así, con mayúsculas).

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