Galicia-18-F.- ¿de Madrid a qué cielo?
Mucho, demasiado, se está hablando de Madrid en una campaña electoral en la que los discursos debieran centrarse en aquello que ocurre en nuestra tierra, en Galicia. La estrategia del Partido Popular, la estrategia de Feijóo, de considerar la campaña gallega como ariete contra el sanchismo provoca que Madrid esté omnipresente en todos los actos y manifestaciones que tienen lugar estos días en nuestro país.
Pues bien, si hay que hablar de Madrid, hablemos de Madrid. De ese Madrid de Ayuso que, según ella afirma, “es España dentro de España” y de ese modelo de éxito con el que “nunca ha habido más libertad, más alegría y más prosperidad”. Ese modelo que Núñez Feijóo quiere establecer en todo el país y que sin duda es el referente de su candidato en Galicia, Alfonso Rueda.
Todos conocemos el dicho “de Madrid al cielo”, pero el problema está en saber a qué cielo nos llevaría ese modelo Feijóo-Ayuso si el PP gana las elecciones gallegas y replica con ahínco ese modelo en nuestra tierra, en Galicia. Para ello, para conocer cómo es realmente ese “cielo”, no estará de más recordar algunos datos.
Madrid es la comunidad con menor gasto per cápita en políticas de salud pública y de educación pública. Y no hablemos de la privatización que cada día gana más y más espacio en ambas áreas. Por cierto, en educación es la que peor puntuación presenta en términos de equidad y la de mayor grado de segregación escolar.
Madrid tiene el dudoso honor de ser la comunidad autónoma con menor gasto social de España y la más desigual según la escala Gini. Y siendo la comunidad más rica de España, contempla como el 23% de sus menores están en riesgo de pobreza o de exclusión total.
La comunidad madrileña destaca también por su escasa inversión en la promoción de vivienda pública, siendo la segunda comunidad que menos gasta en este ámbito. Y si hablamos de política fiscal, Ayuso, con el beneplácito de Feijóo, ha convertido a la comunidad madrileña en el paraíso de las grandes fortunas.
El modelo fiscal de Ayuso-Feijóo beneficia a la clase más opulenta, a los más ricos, de forma que los poseedores de enormes rentas y patrimonios evitan contribuir como les correspondería en función de su riqueza. Algo que no dudará en implantar también Alfonso Rueda en Galicia de conseguir la presidencia de la Xunta.
A modo de ejemplo, esa rotura de la justicia fiscal, hablando solo del patrimonio, supone al 0,2% más rico de la comunidad madrileña una generosa dádiva de 52.000 euros de media al año. En consecuencia, luego son de lo más cicatero en la implementación de políticas sociales destinadas a quienes más lo necesitan.
Ayuso, Feijóo y Rueda reclaman con la boca grande la igualdad para toda la ciudadanía española, pero con la boca pequeña implantan allí donde gobiernan políticas fiscales que rompen la plena igualdad de derechos y obligaciones que deben tener todas las personas de este país y que significa que, aquellos que más tienen, más deben contribuir a la sociedad a través de unos impuestos justos en función de su riqueza.
Creo que lo dicho debiera bastar para saber a qué cielo pretenden llevarnos Feijóo, Ayuso y Rueda. Y no puedo creer que ese sea el cielo que pretenda la mayoría de este país, aunque sí lo pueda ser para los más privilegiados.