Sinéad O’Connor: Las Vidas Negras Importan

Sin duda habrán leído el emotivo artículo que, el pasado domingo, escribió Rodrigo Cota dedicado a la cantante irlandesa Sinéad O’Connor, con motivo de su reciente fallecimiento. El título del artículo era «Jacinta y Sinéad O’Connor» y si no lo han leído no sé a que esperan para pinchar en este enlace a la página web del Diario de Pontevedra. Pues bien, el artículo de Cota me ha hecho recordar la historia de una de sus canciones que creo bien merece ser rescatada.

Comillas
Autor de la cita

«Siempre lloraba Jacinta, el llanto de una mujer pobre que fue más feliz que Sinéad O’Connor, que lloraba de tristeza y se mató de pura pena tras haber pedido ayuda a gritos desde que también, hace año y medio, se suicidó su hijo. Ser rico sólo garantiza el dinero. Jacinta mereció ser rica y Sinéad O’Connor mereció no llorar de angustia.»

Rodrigo Cota (cita de su artículo «Jacinta y Sinéad O’Connor»)

Corría el año 1990 y O´Connor publicaba el segundo álbum de su carrera, el titulado «I Do Not Want What I Haven’t Got» (No quiero lo que no tengo), título que se corresponde con una de las canciones contenidas en esa grabación, aunque no la más conocida. Sin duda el honor de ser la canción más popular de ese disco le corresponde a la espléndida versión que la cantante realiza de la pieza escrita por Prince, «Nothing Compares 2 U» (Nada se compara a ti), a lo que también contribuyó el espléndido videoclip promocional.

Diario de Pontevedra, 05/08/2023

Pero la canción a la que quiero referirme no es ninguna de esas dos, sino a la que lleva como título «Black Boys on Mopeds» (Jóvenes negros en motocicletas). Una canción en la que Sinéad O´Connor hace una crítica directa, una acusación en toda regla, a la política imperante en aquellos años en el Reino Unido de la «Dama de hierro», Margaret Thatcher, respecto al racismo imperante en dicho país.

Antes de seguir debemos realizar un pequeño y necesario paréntesis para recordar las protestas lideradas por los estudiantes chinos en la Plaza de Tiananmén, año 1989, y las masacres que en dicha plaza tuvieron lugar como respuesta por parte de las autoridades chinas. Un triste episodio que se saldó con un número de muertos cifrado entre 200 y 2.000, además de numerosos arrestos y la expulsión de la prensa extranjera.

Pues bien, Sinéad O´Connor comienza su canción, «Black Boys on Mopeds», criticando lo hipócrita de la actitud de una Margaret Thatcher que no se para en barras en su crítica a la actuación del gobierno chino en Tiananmén mientras hacía oídos sordos al racismo imperante en su propio país. Y así inicia su canto: «Margaret Thatcher en la TV sorprendida por los muertos que tuvieron lugar en Beijing. Parece extraño que ella se ofenda, las mismas órdenes son dadas por ella».

La canción sigue haciendo referencia expresa a un episodio en el que se produce la muerte de Nicholas Bramble, un joven negro de 21 años que fallecía en 1989 en un fatal accidente producido cuando era perseguido por la policía al entender que la moticicleta que conducía era robada. La referencia en la letra es clara: «Inglaterra no es la tierra mítica de Madame George y las rosas, es la casa de la policía que mata a chicos negros en motocicleta».

Y aún hay más. Un segundo caso referido a la muerte de Colin Roach, también un joven negro de 21 años, que falleció de un disparo a la entrada de una comisaría de policía. Una muerte que fue calificada de suicidio por parte de las autoridades a pesar de las múltiples discrepancias e inconsistencias que reflejaban las circunstancias de esa muerte. A pesar de ser reiteradamente solicitada una investigación pública independiente, esta nunca sería llevada a cabo.

La muerte de Colin Roach no tiene su reflejo en la letra de ninguna de las canciones del álbum, pero Sinéad O’Connor colocó en las carátulas interiores del disco una foto de sus padres con un paraguas bajo la lluvia con la siguiente inscripción: «God’s place is the world; but the world is not God’s place», (El lugar de Dios es el mundo, pero el mundo no es el lugar de Dios).

Y todo ello treinta años antes de la muerte en Mineápolis (EE.UU.) de George Floyd, producto de una brutal actuación policial que todos pudimos ver a través de la televisión, y de muchas otras muertes que dieran lugar ya en el año 2013 al movimiento de la comunidad afroestadounidense cuyo nombre es una apelación a nuestras conciencias: «Black Lives Matter».

Sinéad O’Connor no miró para otro lado, ella ya había gritado, y mucho antes, con su voz y con su música ese lema: «Black Lives  Matter» (Las Vidas Negras Importan).

Gracias por compartirlo en tus redes:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *