46 vs. 4.400: ¿Quién muere aquí?

Hace pocos días que Alfonso Rueda, negaba sentirse presionado por las actuaciones de sus compañeros de partido en la loca carrera por suprimir impuestos, singularmente el impuesto sobre Patrimonio. «Solo nos influye lo que conviene a los gallegos», afirmaba el presidente de la Xunta de Galicia.

Diario de Pontevedra, 01-10-2022

Tan solo un día después de esas manifestaciones, los titulares de la prensa decían lo siguiente: «Rueda entra en la batalla fiscal y rebaja el impuesto de patrimonio hasta el 50%». El mismo día en que, solo a modo de ejemplo, el profesor Alberto Vaquero, profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Vigo y miembro del Foro Económico de Galicia, afirmaba que «es contraproducente suprimir el impuesto de patrimonio para la redistribución de la riqueza».

La redistribución de la riqueza, esa es la clave de bóveda de las políticas fiscales, ese es el objetivo primero de las políticas impositivas, redistribución de la riqueza, que aporte más quien más tenga, y conseguir que los servicios públicos, especialmente los que todos entendemos como esenciales, alcancen y mantengan un alto nivel de calidad.

En sus declaraciones, Alfonso Rueda incidía en que «apostamos por bajar impuestos dentro de nuestras posibilidades y dentro de la premisa de que los impuestos soportan los servicios públicos», para a continuación añadir que cualquier deducción debe posibilitar –¡atención!«mantener» y «si puede ser, la elevación» de la calidad de los servicios públicos.

En verdad que el actual presidente de la Xunta de Galicia, y sus homólogos en Andalucía, Murcia o Madrid, deben contar con una auténtica fórmula mágica a la hora de tratar con los impuestos. No es, por cierto, algo nuevo, ya Núñez Feijóo lo practicó en sus años de gobierno en Galicia. Siempre recordaré la frase que su conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, me repetía machaconamente: «Hacer más con menos». Lo cierto es que el menos siempre era para la enseñanza pública y el más para la privada. De aquellos polvos…

Olvidémonos, a fuer de no ser crueles, de la afirmación de Alfonso Rueda de «si puede ser, la elevación» y quedémonos con lo de «mantener» la calidad de los servicios públicos bajando los impuestos. ¿Cree el presidente de la Xunta de Galicia que los actuales niveles de calidad de la sanidad en Galicia son satisfactorios?, ¿el número de profesionales sanitarios es el adecuado? ¿Y la educación pública? ¿Y la cobertura de residencias públicas para ancianos? ¿Y las ayudas para los colectivos más vulnerables? ¿Y el Ingreso Mínimo Vital?

¿Creen, en definitiva, Alfonso Rueda y Núñez Feijóo que la fórmula para contar con unos servicios públicos de calidad en Galicia consiste en la bajada de impuestos? ¿Cuenta el Partido Popular con unos impuestos mágicos que le permiten redistribuir la riqueza y llevar nuestros servicios públicos a cotas de excelencia cuanto menores son los recursos públicos? No lo parece y lo saben.

Lo que sí parece es que el Partido Popular pretende seguir con su senda de ser el partido que conviene al poder económico, a los más poderosos y ricos de nuestro país. Solo así se entiende su negativa de subir, siquiera temporalmente, los impuestos a la banca, a las grandes empresas energéticas y a las grandes fortunas. Solo así se entiende la concesión de becas a quienes ganan más de 100.000 euros al año o su negativa a subir el Salario Mínimo Interprofesional  y el Ingreso Mínimo Vital.

Y la otra gran pregunta: «¿cui prodest?» (¿a quién beneficia?). La respuesta parece clara si observamos que la reducción impositiva contemplada por el Partido Popular en Galicia (Patrimonio más IRPF) se traduce en una rebaja de 46 euros para las rentas medias y 4.400 para los ricos.

Pero, tengámoslo en cuenta, aquí se escribe un crimen. El crimen por inanición del Estado del Bienestar, el recorte de los recursos con los que financiar servicios públicos esenciales de calidad, sanidad, educación, protección social,… e incrementar su privatización. Sin duda un coste demasiado alto, excepto para aquellos que cuentan con medios económicos sobrados para que esto les importe un bledo.

La pandemia nos ha mostrado la necesidad que tenemos de contar con un Estado fuerte y con suficientes recursos para acompañar especialmente a los más vulnerables, lamentablemente el programa y las políticas del Partido Popular avanzan por el camino opuesto.

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