El planeta adel-GAZA: 21 gramos de indiferencia

En la obsesión de la humanidad por medir lo inmedible, el doctor MacDougall, en 1901, diseñaba y ejecutaba un experimento para comprobar el peso del alma humana. Para ello, trató de medir con precisión la diferencia de peso de moribundos en los instantes inmediatamente anteriores y posteriores a su muerte. Como resultado de esa absurda y denostada “investigación”, que hoy sería clara ganadora de un Premio Ig Nobel, concluyó que el peso del alma era de 21 gramos.

Diario de Pontevedra, 28/04/2025

Como contraste, MacDougall también se ocupó de realizar su experimento con animales que, al no tener alma como todos sabemos, no mostraron diferencia de peso alguna entre el antes y después de su último aliento.

Dando por buenos esos 21 gramos, ¿qué sucede cuando la muerte no es un evento único y silencioso, sino un estruendo colectivo que sacude la Tierra?

Las cifras del genocidio de Gaza, aportadas por las autoridades gazatíes, nos hablan de más de 50.000 personas que perdieron su vida desde el inicio del conflicto. De ser cierta la teoría de MacDougall, nuestro planeta habría perdido 1.050 kilos de peso.

Si nos vamos a Ucrania, nos encontramos con el dato de que 13.000 civiles ucranianos perdieron su vida desde el inicio de la invasión rusa. Esta cifra de muertos provocaría una pérdida de 273 kilos de peso.

Si revisamos el Índice de Paz Global, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz, en su edición del año 2024, nos encontramos que, en el conjunto de conflictos bélicos existentes en el planeta, el número de personas que perdieron su vida en el año de referencia ha sido de 163.000. Esta cifra representaría una pérdida de 3.423 kilos por el abandono de tantas almas de sus cuerpos.

Pero hay una guerra que causa muchos más muertos: el hambre. Según informes de Naciones Unidas, el hambre aguda alcanzó a más de 280 millones de personas en 59 países en 2023. Además, es causa del 45% de las muertes en niños menores de 5 años.

Si cada alma tiene su peso, entonces Gaza, Ucrania, el conjunto de todas las guerras, el hambre, deberían haber desplazado el eje del planeta. Y, sin embargo, el mundo sigue girando y apenas se tambalea por un instante antes de retomar su curso rutinario. Mientras, nosotros contemplamos indiferentes el espectáculo a través de los distintos medios de comunicación.

Si 21 gramos representan el alma, ¿cuánto pesa la indiferencia?

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