¿Educación Pública? Sea usted millonario o un buen patriota ignorante.
Pues eso, sea usted millonario, que en este país cualquiera puede serlo y, si no lo es, es porque no quiere o no se esfuerza lo suficiente, lo cual le deja acceso a una segunda vía, la de convertirse en un buen patriota ignorante. Esa parece que sea la respuesta de Trump y Musk a quienes se llevan las manos a la cabeza por la decisión de estos personajes de suprimir el Departamento de Educación.
Bueno, por ahora no puede suprimirlo, ya que para ello tendría que hacerlo por vía parlamentaria, pero sí que puede desmantelarlo progresivamente y esa es la orden que se ha remitido a Linda McMahon, Secretaria de Educación, que cuenta y contará con la ayuda de la motosierra de Elon Musk para vaciar de personal y de contenido este departamento.
La firma de la orden por parte de Trump contó con toda una liturgia mediática, haciéndose rodear de niñas y niños sentados en sus correspondientes pupitres. Un alarde de prepotencia y pésimo gusto de quien con esa firma pretende borrar de un plumazo la igualdad de oportunidades en el sistema educativo.
Porque la supresión del Departamento de Educación supone en la práctica un ataque sin precedentes contra la equidad educativa. Los más perjudicados serán los sectores más vulnerables y aquel alumnado que cuente con algún tipo de discapacidad. Además, eliminando los programas de becas, cortará el paso a la enseñanza superior a aquellos colectivos que así verán como un sueño imposible su acceso al sistema universitario.
El otro gran objetivo está claro. La demolición de un sistema público de educación. La premisa es que los fondos públicos non deben financiar en ningún caso un sistema educativo público.
Sea usted millonario y no tendrá problemas en el imperio de este Trump neofascista. Y, de no llegar a serlo, no cometa la impertinencia de ser una persona bien formada, sea usted un ignorante. Un buen patriota ignorante.
Y esto último, lo del buen patriota ignorante, no es cuestión baladí. Recordemos que la fortaleza de Trump, según señalan distintos estudios sociológicos, reside en el voto de los electores varones, blancos y sin estudios superiores de zonas rurales o periféricas. Lo de varones y blancos lo dicta la biología, pero lo de sin estudios superiores va por buen camino. También entre los votantes latinos y la población afroamericana se produce esta misma circunstancia, a mayor nivel de estudios menor tendencia a apoyar a Trump.
Afirmaba Trump que lo de eliminar el Departamento de Educación “todo el mundo sabe que es lo correcto. Luego, tenemos que educar a nuestros niños”.
Está claro que lo de “nuestros niños” estará referido a los suyos y a los de sus amigos. En ningún caso a los niños pobres, afroamericanos, latinos o discapacitados. A ellos les aguarda otro destino, y no precisamente una escuela pública que, en buena dialéctica trumpista, no haría otra cosa que adoctrinarlos y lavarles el cerebro.